El gobierno de Cataluña pronosticó este miércoles una "gran participación" en la simbólica votación sobre la independencia de esta región española del 9 de noviembre aunque reconoció que las condiciones de la consulta no serán las previstas inicialmente.
"Estoy convencida de que habrá una gran participación (...) Nuestro país ha demostrado su compromiso y sus ganas de expresar colectivamente lo que queremos que sea nuestro futuro", dijo la vicepresidenta del ejecutivo Joana Ortega en Barcelona, durante la presentación de este nuevo formato de votación.
Unos 5,4 millones de ciudadanos mayores de 16 años pueden participar en esta votación, así como los extranjeros residentes durante más de uno o tres años --en función de si son de la Unión Europea o no-- y los catalanes en el extranjero que lo soliciten previamente, asegura el ejecutivo catalán.
Alrededor de 1.255 locales y 6.430 mesas electorales se instalarán en 938 de los 947 municipios catalanes y también en 17 ciudades extranjeras. Más de 30.000 voluntarios, entre ellos 6.000 funcionarios, se han ofrecido para colaborar en su realización.
La organización no dispondrá de censo por lo que los ciudadanos deberán inscribirse justo antes de votar en un registro creado para la ocasión. Los datos serán introducidos en un programa informático para evitar duplicidades.
Los resultados provisionales se presentarán el 10 de noviembre, aunque las personas que justifiquen no haber podido votar durante la jornada electoral dispondrán de un plazo extra de 15 días.
La intención inicial del gobierno, presidido por el nacionalista Artur Mas, era que los catalanes decidieran sobre la escisión de España en una consulta de características similares al de un referéndum no vinculante.
Sin embargo, la votación quedó suspendida por la justicia tras un recurso de inconstitucionalidad del gobierno español, por lo que Mas desconvocó la consulta prevista inicialmente y propuso esta votación con menos validez representativa.
"Creo que tiene amplias garantías" pero no "las mismas condiciones que tenía el operativo preparado para la consulta", dijo Ortega, reconociendo que no se había creado un órgano de supervisión ni estaba confirmada la presencia de observadores internacionales.
Esta falta de validez, especialmente en el plano internacional, ha llevado a varios partidos prorreferéndum y a las influyentes asociaciones independentistas a reclamar elecciones regionales anticipadas.
Entre ellos, destaca la izquierda independentista de ERC, hasta ahora aliado de Mas y principal favorito en los comicios, que exige declarar unilateralmente la secesión si existe una mayoría suficiente.
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