Su doblete encandila a la afición albiceleste
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Gonzalo Higuaín fue profeta en su tierra. Querido por los aficionados e indiscutible para el seleccionador, Alejandro Sabella, el Pipita es cada vez más figura en la albiceleste.
Autor de un doblete contra Venezuela (las dos asistencias fueron de Messi), que lo ubica como Pichichi de las Eliminatorias mundialistas con 9 goles en 10 partidos (un grito por encima de los 8 de Messi), alcanzando un total de 21 tantos marcados en sus 32 presencias en la absoluta (0,66 de promedio de gol), el delantero del Real Madrid finalmente no tendrá que combatir contra los males de la altura de La Paz.
Contra la Vinotinto recibió la segunda tarjeta amarilla y deberá cumplir un partido de suspensión. Ante este escenario, Sabella decidió liberar al futbolista tras la victoria en Buenos Aires, para que el lunes por la mañana el delantero pueda estar volando hacia España para ponerse a disposición de Mourinho.
En la albiceleste, Higuaín es intocable. Y él devuelve la confianza con goles. "Le sacamos 10 puntos de ventaja al cuarto. Nos deja tranquilos esta situación. Estoy feliz por los goles. Como lo dije antes, ahora lo repito: estoy muy contento de venir a la Selección, lo disfruto", sentenció Gonzalo luego de su gran noche en el estadio de River.
Y aunque no pudo completar el partido (fue reemplazado por Rodrigo Palacio, del Inter, a 11' del final), el argentino no ocultó su satisfacción por mantener unos registros que lo consolidan como el sucesor de Batistuta en su selección: "Teníamos que ganar y lo logramos.Es hermoso jugar con la cancha llena, lo disfruté muchísimo. ¿Si quiero ser el goleador de las Eliminatorias? Eso irá encadenado con los resultados del equipo. Si Argentina gana y metemos goles, se puede dar", reconoció el 9 de Sabella.
Con el alivio del deber cumplido, Higuaín pasará el domingo junto a su familia en el barrio de Belgrano, en Capital Federal, y mañana embarcará hacia Madrid para continuar su racha bajo la mirada de Mourinho. No será el Papa Francisco, pero en la argentino, fue el protagonista de la portada de Olé con la sentencia "¡Habemus Pipa!". El humo blanco, en definitiva, refleja la tonalidad de su casa, el Real Madrid.