La reacción de Osasuna llegó en el momento justo, cuando casi nadie daba nada por el equipo y por Mendilibar. El 0-3 en Cornellá nos dice que este grupo de jugadores está muy vivo y no se va a rendir. Los 'rojillos' siguen colistas, pero ya se han enganchado al furgón de cola y confían en seguir su escalada hacia la zona media.
La plantilla demostró que su defensa pública del técnico durante la semana previa al partido no fueron solo palabras. Como les dijo el de Zaldibar: "hay que jugar sin miedo, sin temor, sin verguenza". Salieron a comerse al rival y lucharon como si el partido fuera una final, que lo era. Tres zarpazos de Cejudo, Kike Sola y Manuel dejaron KO al Español, y eso que los navarros acudían a Cornellá con seis bajas.
Mendilibar seguirá una semana más en el banquillo. Su crédito ha crecido y la confianza depositada en la plantilla más. La próxima visita del Málaga a Pamplona (sábado día 17 a las 16 horas) se adivina de igual importancia, pero con más moral. Será la reválida de un equipo que se agarra a la primera división con uñas y dientes.