En Argentina, la Asociación de Mujeres Meretrices (AMMAR) partició en la jornada sobre "Trabajo sexual y discapacidad", evento organizado por Silvina Peirano, fundadora de SEX Asistent y que contó con la participación de legisladores, especialistas y representantes de AMMAR a nivel nacional.
En la jornada de trabajo se discutieron temas referentes a los derechos sexuales y reproductivos de las personas con discapacidad. Allí se planteó la propuesta de legalizar lo más pronto posible la figura de “acomapañamiento sexual” para estas personas, con el fin de atender sus necesidades sexuales más básicas.
Georgina Orellano, secretaria general de AMMAR nacional, sostuvo: "Muchas madres, ante la ausencia del Estado y de una legislación clara, acuden a trabajadoras sexuales para que atiendan los deseos de sus hijos con discapacidad. Dentro de la reglamentación del trabajo sexual, por el que nosotras luchamos, también vamos a intentar incorporar el tema".
Más tarde agregó: "Lamentablemente la sexualidad se vive como un tabú y se criminaliza el trabajo sexual. Por ello apelamos a la voluntad política para que se debata el trabajo sexual autónomo, que es la madre de las batallas, para luego adentrarnos en nuestros servicios de asistencia a discapacitados".
Orellano también afirmó que el Estado es el que tiene una "gran discapacidad", ya que "es ciego y no ve la problemática. Es una temática a trabajar", enfatizó.
Por su parte, la fundadora de SEX Asistent, profesora en Educación Especial y orientadora sexual en discapacidad, Silvina Peirano, comentó: "Hay que reconocer a las personas con diversidad funcional como ciudadanos de derechos, no de aceptación. Si seguimos pensando en ellos como personas a las que hay que integrar o incluir, y no como ciudadanos, nunca vamos a salir de una visión asistencialista. Legalizar la figura del asistente sexual sería un gran avance".
Al respecto, Remigia Cáseres, secretaria Nacional de Discapacidad de la CTA de los Trabajadores, afirmó: "Desde la CTA apoyamos la sexualidad en todos los ámbitos, también en situaciones de discapacidad. Sostenemos que la sexualidad y la discapacidad van de la mano. Hay que derribar las barreras que dicen que los discapacitados no puedan tener sexo".
Otro de los participantes, Norberto Butler, quien se encuentra afectado de poliomielitis y vive en el Hospital Mario Ferrer, compartió su experiencia y reflexionó: "La sexualidad también es una necesidad y muchos no lo quieren pensar. Si no nos damos cuenta que este tema sigue siendo tabú, no lo vamos a cambiar. Muchas veces, en el discapacitado cae la autoestima, la visión de sí mismo, y la asistencia sexual, en ese sentido, podría ser muy positiva".
En ese sentido, el filósofo Victor Pagano declaró que “hay mucho que desestigmatizar, no hay nada que ennoblecer, porque no hay nada que sea vil".
Numerosas personas participaron en la jornada de trabajo en la que se debatieron y expusieron diversas posturas y se reconoció la necesidad de discutir conjuntamente una Ley que regule el trabajo sexual autónomo, enfocado también en el derecho de las personas con diversidad funcional para disfrutar del sexo y no limitar su satisfacción plena en relación a esta necesidad básica.
(Con información de La Nación de Argentina)
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