El artículo 100 de la Constitución Nacional establece que el Jefe de Gabinete de Ministros es el responsable de “ejercer la administración general del país”. En ese marco, las palabras de Jorge Capitanich representan el pensar del Gobierno que encabeza la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Desde ese punto de vista, la catarata de palabras que cada mañana lanza el funcionario nacional adquiere una relevancia especial. Su verborragia dejó esta semana una serie de definiciones que transparentan el pensamiento oficial. “La línea divisoria de aguas en la sociedad argentina está clara: O están con los grupos económicos y mediáticos concentrados que conspiran contra los intereses del pueblo argentino, o están o estamos con este proyecto político que ha transformado la Argentina”.
La definición es un claro y tajante reconocimiento oficial de la división que produjo el kirchnerismo tras más de una década en el poder. Es el “ellos o nosotros”. O también el “nosotros o el caos”.
El detonante fue la visita que el gobernador bonaerense Daniel Scioli realizó al “Espacio Clarín”, en Mar del Plata.
La relación entre el kirchnerismo y Scioli es recelosa. El gobernador es el precandidato a presidente por ese espacio que más voluntades reúne pero, al mismo tiempo, no es el preferido del entorno cristinista.
En el kirchnerismo saben que una presidencia a cargo del gobernador les deparará el mismo futuro que tuvo el duhaldismo con Néstor Kirchner: la extinción. Por eso lo atacan, lo cuestionan. En el sciolismo saben que Cristina Fernández no lo prefiere como candidato, pero, aún así, mantienen la postulación del ex motonauta dentro del Frente para la Victoria. Scioli apuesta a retener los votos K y sumar los independientes para evitar una segunda vuelta, pero cada vez resulta más difícil hacer equilibrio. Además, tiene su propio estilo. Defiende a la Presidenta por las acusaciones de Hotesur y, al mismo tiempo, concurre a eventos de Clarín, a quien en el Gobierno responsabilizan por las “siete plagas”.
El mandatario provincial responde: “los adversarios no están adentro, los adversarios están afuera, y eso es lo que tenemos que combatir. Yo pido eso: que no seamos masoquistas, hicimos un gran trabajo durante 2014”.
Las entrevistas de otros kirchneristas a medios “opositores” como por ejemplo la de Diego Bossio, parecen no caer en las críticas.
En ese marco se producen los ataques de Capitanich.
“Respecto al tema de lo que ha hecho el gobernador de la provincia de Buenos Aires, la verdad es que cada uno es responsable de sus propios actos, pero entendemos que en la República Argentina hay una contradicción muy clara y evidente: democracia versus corporaciones”. “Los que quieren jugar a la política, lo tienen que hacer en la posición que corresponda, esto es, o están de este lado o están del otro”.
Frases que intentan poner un límite. En el kirchnerismo pretenden retener una cuota del poder luego del 10 de diciembre. Pero si el que ocupa el Sillón de Rivadavia resulta peronista, eso será difícil de conseguir.
Los condicionamientos van más allá de esa fecha: “nos parece esencial la contradicción que va a regir el destino político de la Argentina los próximos 4 años, democracia versus corporaciones. O son las corporaciones las que gobiernan a través de sus representantes, gerentes o empleados, o es el pueblo argentino el que manifiesta su voluntad en democracia con representantes genuinos que sepan defender los intereses del pueblo, de la Nación y de nuestra Patria”.
¿Scioli no es un “representante genuino” para Capitanich, vocero de la Presidenta? ¿Por qué sólo por los próximos cuatro años y no por los próximo ocho? El Jefe de Gabinete intenta imponer un nuevo “Braden o Perón”.
En los últimos días, el chaqueño amplió su radio de acusaciones y de atacar a los medios que no difunden su punto de vista, a los que volvió a acusar de “golpistas”, pasó a cuestionar directamente a los trabajadores de esas empresas.
Con sarcasmo, Capitanich atacó directamente a los periodistas: los trató de payasos y les preguntó si no les daba “vergüenza” justificar lo que escriben.
“Hay menos cortes por la temperatura, hay más recaudación por la inflación y hay más turistas por el cepo. Esa es la justificación de que las buenas noticias en realidad tienen una profundidad analítica en donde hay que encontrarle la mala noticia que la justifique. La verdad es un hallazgo del periodismo argentino. Los felicito de corazón porque la verdad que hay que ser muy creativos para efectuar las críticas que ustedes hacen. Realmente es payasesco el sistema: a los editorialistas de las radios y de la televisión, ¿no les da vergüenza pretender justificar esto?”.
También acusó a los medios de urdir “mentiras sistemáticas como herramienta propagandística”.
Curiosa definición de quien representa a un Gobierno que durante más de siete años tergiversó los datos de la inflación y esconde los de pobreza.
Otra fuerte polémica se produjo tras la muerte de Néstor Femenía, un niño de 7 años perteneciente a la comunidad aborigen Qom de la provincia del Chaco. Néstor era argentino, tenía 7 años. Murió desnutrido y con tuberculosis. Su fallecimiento fue una sacudida de realidad para todos los argentinos. Es indignante. Es una tragedia. Es algo inexplicable. Es un crimen.
Mientras se pierde tiempo en discusiones estériles, hay gente en la República Argentina que se muere de hambre. La reacción oficial fue vergonzosa. “Nunca se compara que Washington DC (Estados Unidos) tiene más tasa de mortalidad infantil que la República Argentina”. “Se trata de un caso aislado y que, a su vez, es un hecho lamentable”.“Nada de esto sustituye al dolor, nada de esto sustituye efectivamente una muerte, pero sí es importante reconocer lo mucho que se hizo”. “Lo que advierto es una operación política de carácter gigantesco”.
Mientras tanto, el Gobierno Nacional dejó de medir la pobreza y la indigencia. “Entendemos que hay una discusión metodológica respecto a su aplicación”, dice Capitanich para justificar la falta de datos. La muerte de Néstor “sintetiza y patentiza, con exactitud y objetividad, la profunda injusticia social instalada en la comunidad chaqueña”, definió el Centro de Estudios e Investigación Social Mandela.
Una última frase del jefe de Gabinete de Ministros, responsable de “ejercer la administración general del país” según el artículo 100 de la Constitución Nacional, es llamativa por el sentido que se le quiera dar: “dejen de mentir es la consigna que nosotros pretendemos instalar”.