Febrero marcó el pico más alto de vehículos a GNC en sus treinta años de historia en la Argentina. Según datos del Ente Nacional Regulador de Gas fueron 1.584.103 las unidades con oblea vigente durante este mes, 356 mil por encima de 2004 considerado el año del máximo esplendor del combustible gaseoso.
Hace una década el consumo de los líquidos sufría una brusca caída. El fin de la convertibilidad había disparado los precios de las naftas profundizando la brecha con el GNC impulsando notablemente la demanda de gas en las estaciones de servicio.
La actividad resultaba muy favorable para las 1198 bocas de expendio. A cada una le correspondían 1025 vehículos, una cifra inusual para la actualidad de este mercado pero que el presente se proyecta favorablemente para alcanzarla en un tiempo no muy lejano.
Los datos del ENARGAS no dejan lugar a dudas: hoy son 800 los rodados que le corresponden a cada uno de los 2000 puntos de venta de GNC. A este ritmo, suponen en el sector, igualarán muy pronto la ecuación, en especial porque la relación con los líquidos se amplificará cada vez más.
Hoy en algunas localidades del interior la distancia entre ambos combustibles es de cinco a uno, que traducido en pesos significa un ahorro de aproximadamente 20.000 pesos al año tomando en cuenta un consumo de 200 litros al mes. Vale destacar que un equipo de última generación cotiza a la mitad, por lo que su instalación se amortiza a los seis meses.
Buenos Aires, con 684150, es la provincia con mayor cantidad de vehículos a GNC, seguida por Córdoba, con 242302; Santa Fe, 134305 y Mendoza, 132802.