El Monumental se prepara para recibir al seleccionado argentino

Desde las 21, la Argentina se mide con Venezuela; Sabella dio la formación con Montillo y Lavezzi entre los titulares; antes del partido, habrá un reconocimiento para Messi

22 de Marzo de 2013
- 19:45

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El Monumental, a dos horas del partido | @darcucci

LA PREVIA

Con la autoridad que le otorga el firme liderazgo por las eliminatorias, después de un 2012 de cosecha premium, la Argentina buscará esta noche el paso obligado que despierta toda producción convincente: la confirmación. La selección se topará con una cadena de desafíos que, según cómo los resuelva, marcarán desde la credibilidad hasta el ánimo de un equipo que hace algo más de un año logró escapar de las insinuaciones y, especialmente, cosechó tantos puntos que se siente con un pie y medio en Brasil 2014. Desde aquella victoria ante Colombia, en Barranquilla, fundacional para el ciclo del técnico Alejandro Sabella, la Argentina obtuvo 16 de las últimas 18 unidades en juego rumbo a la Copa del Mundo.

Frente a Venezuela, desde las 21, en la reanudación de las eliminatorias sudamericanas, la Argentina rastreará algunas respuestas entre su abanico de recursos para demostrar qué tan amplia es su plataforma de desarrollo. Hoy la selección no dispondrá de su mejor recurso: el arsenal ofensivo. Una buena ocasión para analizar jerarquías alternativas. Ausentes Agüero (lesionado) y Di María (suspendido), puntualmente desintegrados los Cuatro Fantásticos (entre ellos convirtieron 32 de los 40 goles del ciclo Sabella; 19 de los 20 que ha anotado en estas eliminatorias), se les abrirá una oportunidad a Ezequiel Lavezzi y a Walter Montillo. El Pocho es el quinto delantero en la consideración de Sabella, y el volante de Santos reemplazó a Di María tras el entretiempo del último amistoso con Suecia. Lógica pura en la planificación del entrenador.

Pese a las bajas, el equipo continuará con el beneficio insoslayable de contar con Messi, el astro mundial que descadera rivales tanto de un lado como del otro del océano Atlántico. Y esa es una tranquilidad, un cheque en blanco, que nadie más en el planeta se puede dar. Será el 31° partido consecutivo de la Pulga por eliminatorias, un portento de continuidad, ya que desde su debut en la ruta para Alemania 2006 (0-1 vs. Paraguay, el 3 de septiembre de 2005) no faltó nunca.

La estructura colectiva a veces rechina, pero la intensidad en el juego, asociada con un clima de creíble amistad y una personalidad ganadora, le permiten a la Argentina imponer las condiciones de un partido. Hace mucho que a la selección no le toca remar en la adversidad. Se está acostumbrando a aguas plácidas. Este conjunto albiceleste parece haber superado la etapa formativa, aunque el modelo arrastra crujidos defensivos porque los intérpretes de la retaguardia no reúnen la clase de los explosivos delanteros. Y porque la verticalidad que tan bien le sienta a los hombres de ataque, desnuda huecos en los retrocesos. Es una cornisa casi inevitable, pero igualmente el desafío es esforzarse por aceitar el equilibrio.

Esta noche, además, podría afirmarse el reencuentro sentimental con los hinchas de Buenos Aires, que en los primeros partidos como local ante Chile y Bolivia prácticamente ignoraron a la selección, o apenas la miraron de reojo en el tercer cotejo con Ecuador. Sí, en cambio, el calor popular cobijó a la selección en el Interior, y en los partidos en Córdoba (Paraguay, 3-1) y Mendoza (Uruguay, 3-0) el equipo de Sabella ofreció sus producciones más sinfónicas. Otra vez estarán cara a cara, con entradas agotadas con mucha antelación y cerca de 50.000 personas. Desde el 2 de junio del año pasado que no se codean el público y la selección, bajo la siempre filosa exigencia de jugar por los puntos.

Posesión y pases entre líneas

Con el tándem Gago-Mascherano como obligatoria bisagra de transición, la defensa seguirá bajo observación. Ellos ya saben de su karma. Volverá en la banda izquierda Marcos Rojo, que se había lesionado al principio del partido con Uruguay en la última doble fecha. Con Montillo, Gago ganará un socio para el inicio de las maniobras y los pases entre líneas; puede crecer la posesión y se recortará la verticalidad. Sin Agüero, Messi extrañará a su socio ideal; Pocho, generoso para explotar los espacios, intentará ser productivo pese a cierto atropello.

La Argentina sabe que los favoritismos pueden quedar destrozados en el fútbol. Venezuela, la misma que en cinco visitas a Buenos Aires por eliminatorias recogió tantas derrotas, ya no invita a subestimaciones. El equipo de César Farías es el responsable de la única caída albiceleste rumbo a Brasil 2014 (1-0, en Puerto la Cruz, en octubre de 2011), y esta noche se espera que no asuma una granítica sumisión. Su plan no sería sólo resistir. Un dibujo 4-4-2 (sentirá la baja por lesión del zaguero Amorebieta), con un volante mixto como el Maestrico González, el manejo de Juan Arango y dos puntas (Josef Martínez y Rondón), con probado roce europeo. De Cenicienta, nada; hoy, en el cuarto escalón de la tabla de posiciones, está logrando anotarse por primera vez en un Mundial de mayores.

Este choque le dejará a la Argentina conclusiones para el futuro y un efecto anímico inmediato para escalar hasta La Paz. La selección tendrá la responsabilidad de seguir inyectándole contenido a los síntomas favorables. Sumar para saberse cuanto antes en la Copa de Brasil. Y darle espesura y profundidad al modelo, para demostrar que hay más que cuatro fantásticos delanteros. Una buena ocasión para evaluar el progreso del proyecto.

Ganaba 5-2 y lo perdió en el tie break ante el alemán Kamke; luego, el partido se detuvo por mal tiempo; Pico Mónaco sigue sin poder ganar en el año: cayó frente al español Ramos por 6-2, 4-6 y 6-3

Los ingleses abrieron el marcador con un tanto en contra y se fueron 5 a 0 al descanso

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Con la Argentina, la Pulga marcó 31 tantos, tres menos que Diego Armando Maradona, el tercer máximo goleador de la historia; canchallena.com te invita a repasar las conquistas más lindas del crack