Jugando contra diez desde el minuto 8, y contra nueve desde el minuto 63, el Getafe acabó pidiendo la hora ayer en La Romareda, un dato que habla a las claras de la ausencia de puntería y de juego de los de Luis García.
La crónica del encuentro de ayer ante el Zaragoza podría ser calcada a la del pasado lunes cuando el Getafe ganó al Mallorca; juegan en superioridad numérica desde los diez primeros minutos, realizan una primera parte horrible en la que sólo rematan una vez a portería, y en la segunda el equipo se entona, marca Diego Castro, desperdician numerosas ocasiones y acaban sufriendo.
Luis García repitió once, y cuando el Zaragoza se quedó con diez, también repitió cambio: sacó a Lacen del campo y metió a Pedro León, quien fue el líder del ataque azulón en la segunda mitad. Además del murciano, también hay que destacar a Paco Alcácer, que salió en el minuto 24 de la segunda parte sustituyendo a Álvaro Vázquez, y que puso en jaque a la defensa maña, aunque le faltó puntería para estrenar su cuenta goleadora. Y una jornada más, destaca también la gran actuación de Moyá bajo palos, que ayer volvió a salvar goles cantados.
Y es que, en un encuentro muy bronco, muy feo, marcado por las faltas y las pérdidas de balón, además de por la desquiciante actuación de Muñiz Fernández, el Getafe no pudo dominar apenas al Zaragoza pese a jugar con dos jugadores más y todo a favor para sentenciar el partido.
Pocas conclusiones positivas se pueden sacar por tanto, de la victoria de ayer, excepto que con los tres puntos conseguidos, el Geta se coloca en la zona alta de la tabla con diez puntos en su casillero, afrontando con tranquilidad el parón liguero.
En cuanto a la estadística, el Geta consiguió ganar en La Romareda cinco años después, y marcó también un nuevo registro, porque nunca hasta ayer había ganado un partido en Primera gracias a un penalti.
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