El Atlético de Simeone rentabiliza su fortaleza mental

Un Atlético inmerso en una pequeña crisis de juego en la Liga española hizo valer su principal virtud, la fortaleza mental, para clasificarse el martes a los cuartos de final de la Liga de Campeones, tras superar en la tanda de penales al Bayer Leverkusen.

Desde la llegada del entrenador argentino Diego Simeone a finales de 2011, el Atlético muestra que su coraje y perseverancia vale para llenar las vitrinas del club de trofeos: la Europa League en 2012, la Copa del Rey en 2013, la Liga en 2014...

Tras estas conquistas, se podría esperar que el Atleti perdiera este ardor guerrero y fueran menos intensos. Mas aún con las marchas de jugadores claves como el guardameta belga Thibaut Courtois, el defensa brasileño Filipe Luis y el delantero internacional Diego Costa, todos al Chelsea.

Antes de la victoria del martes contra el Bayer Leverkusen (3 a 2 en los penales), no se daba al conjunto madrileño como favorito para pasar la eliminatoria. Además venía en declive en la Liga, donde es cuarto y no parece con fuerza para pelear por revalidar el título nacional.

Aún así, el conjunto de Simeone sigue siendo uno de los peores adversarios a los que enfrentarse en una eliminatoria directa. Le mueve además un sentimiento de revancha en la Champions League tras perder la final del pasado mayo ante sus rivales de capital, el Real Madrid, en los instantes finales (4-1 tras prórroga).

"Valoro enormemente a este grupo que trabaja duro. No se rinde jamás, siempre quiere más y lo hemos visto esta noche", resumió Simeone.

El argentino, verdadero líder para sus jugadores, parece dispuesto a renovar su contrato con el Atlético a pesar del interés de grandes clubes europeos, lo cual habla de la unión de este grupo, motor del rendimiento de este equipo.

En casa es difícil batir al Atlético: sólo el Villarreal (1-0) en Liga y el FC Barcelona (3-2) en Copa del Rey lo consiguieron.

Pero en Liga de Campeones, el Vicente Calderón continúa inexpugnable. Llevan dos temporadas sin perder ningún encuentro en la ribera del río Manzanares.

Ruidoso, caliente, a veces con mala fe, pero siempre apasionado, el estadio del Atlético sigue siendo un bastión difícil de tomar.

Siempre animosos, los hinchas rojiblancos no son conscientes de todo lo que influyen en sus jugadores.

"La afición estuvo extraordinaria", comentó Simeone. "Puede ser que este equipo no juegue bien, pero se deja la piel en el terreno de juego", apuntó.

Con el defensa uruguayo Diego Godín y el portugués Tiago suspendidos, el capitán Gabi en el banquillo y la lesión a los 20 minutos del arquero titular Miguel Ángel Moyá... el Atlético tuvo que apoyarse en unos sustitutos que no decepcionaron.

"Somos un equipo, un equipo con mayúsculas y a pesar de las ausencias continuamos compitiendo", resumió Mario Suárez, habitual suplente y goleador en la noche del martes.

El caso del portero Jan Oblak es revelador: criticado y relegado al banquillo tras su mal partido ante Olympiakos en septiembre (3-2), el esloveno se convirtió en uno de los héroes de la clasificación por su temple en la tanda de penales.

En resumen, el Atlético tiene un grupo compacto en el que cada jugador está preparado para jugar en cualquier momento, lo que le convierte en un equipo que "puede aspirar a todo" en esta Liga de Campeones, según el entrenador del Bayer Leverkusen, Roger Schmidt.

Esa sensación la comparte uno de estos secundarios de lujo, Mario Suárez: "Nadie va a querer enfrentarse a nosotros", dijo en relación al sorteo de cuartos de final del viernes.


AFP

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