Por Nicolás Fiorentino
La Cámara de Diputados dio ayer sanción definitiva a los convenios comerciales con China, que incluyen la instalación de una base de investigación espacial en Neuquén y que se inició con el swap para reforzar las reservas y que podría alcanzar los U$S 11.000 millones.
Lo que se sancionó ayer en el Congreso fueron el “Convenio de Cooperación Económica y de Inversiones”, firmado el 18 de julio pasado, durante la visita del presidente del Xi Jinping a Buenos Aires. En este acuerdo se enmarcan las inversiones chinas que servirán para financiar obras de infraestructura como las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, el ferrocarril Belgrano Cargas y centrales nucleares.
Para el presidente de la comisión de Relaciones Exteriores, Guillermo Carmona (FPV), este convenio apunta a “mejorar en el corto plazo el desbalance comercial con China”. También servirá para “modernizar la industria, incrementar su competitividad” y el “volumen del valor agregado de las exportaciones argentinas” al gigante asiático, que hoy son en un 96% materias primas.
Pero las condiciones que se imponen en este convenio fueron rechazados por todo el arco opositor, de izquierda a derecha. Y uno de los puntos cruciales son las facilidades que otorga la Argentina a China para acceder a negocios de infraestructura. En su artículo 5, el convenio establece que otorgará al gigante asiático “el proceso de adjudicación más ventajoso que se utilice en programas de cooperación similares con otros países”. Y que “las adquisiciones en el marco de los proyectos del sector público argentino (…) podrán efectuarse a través de la adjudicación directa”, siempre que “estén sujetos a financiamiento de la parte china”. “Las inversiones tienen un objetivo puntual: reforzar las producciones estratégicas que ingresan al mercado chino”, explicó Claudio Lozano (Unidad Popular), subrayando que esos son productos primarios casi en su totalidad. “Se podrá mejorar la balanza comercial, pero vamos a profundizar el carácter primario de nuestra producción”, agregó.
Carlos Heller (Nuevo Encuentro) salió al cruce de los que sostienen que este acuerdo complica el desarrollo de las relaciones regionales. “Brasil y China firmaron 32 acuerdos en 2014 y un esquema de swap por U$S 30.000 millones aseguró-. No hay ninguna contradicción entre esto y lo que signifi ca nuestro compromiso regional”.
Para Federico Sturzenegger (PRO) el convenio no servirá para revertir las cuentas en rojo en el intercambio comercial con China, que hoy entrega “un déficit de U$S 5.800 millones”. “Se buscó salvar el cepo, trocando swaps por adjudicación de obra pública”, cerró.
También se aprobó la instalación de una central espacial china en Neuquén. “No es una base, es una estación de observación espacial con objetivos exclusivamente científi cos”, detalló Carmona ante los temores por posible presencia militar del gigante asiático en tierras patagónicas. También desmintió que ese central pueda servir para realizar tareas de inteligencia: “No nos metan miedo con los acuerdos con China por razones electorales”.
