Horas después de que el presidente argentino Mauricio Macri y sus ministros se felicitaran públicamente por la recaptura de tres sicarios prófugos desde hace 13 días, la policía federal confirmó que solo se apresó a uno, en un caso bochornoso para el gobierno federal.
"Hay solo un detenido y siguen los operativos para hallar a los otros dos, que son delincuentes muy peligrosos", dijo en rueda de prensa el jefe de la Policía Federal, Rubén Di Santo.
El jefe policial habló a las puertas de la comisaría de Cayastá, 550 km al noroeste de Buenos Aires, en la provincia de Santa Fe, adonde se detuvo por la mañana a Martín Lanatta, uno de los fugados.
Horas antes el propio Macri había felicitado a las fuerzas de seguridad a través de las redes sociales por la captura de "los prófugos", al igual que su vicepresidenta, Gabriela Michetti, y otras autoridades del gobierno.
La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, se había mostrado exultante ante la prensa en Buenos Aires antes de partir hacia Santa Fe, cuando dijo que "se cumplió el objetivo".
"Logramos el objetivo en la lucha contra el narcotráfico y el presidente (Macri) está orgulloso. Vamos a Santa Fe", había dicho Bullrich, quien se esperaba encabece una conferencia de prensa al llegar a la provincia.
Los rastrillajes siguen en esta zona de bañados con parajes inundados por la lluvia de los últimos días que borró senderos rurales y dificulta la pesquisa.
"Siguen siendo intensamente buscados por las cuatro fuerzas federales en cooperación con la policía de Santa Fe", dijo el jefe de la Policía Federal.
El comisario indicó que las pesquisas se concentran "en la zona" en la presunción de que los otros dos delincuentes se hallan dentro de la provincia.
Los tres sicarios se habían fugado el 27 de diciembre del penal de General Alvear, 240 km al oeste de Buenos Aires, donde cumplían condenas a prisión perpetua por un triple crimen cometido en 2008 y vinculado con el tráfico de efedrina a México.
Se trata de los hermanos Martín y Cristian Lanatta (41 y 31 años) y de Víctor Schillaci (33).
"Viene un camino largo y duro. De lo que nos hemos dado cuenta con esta situación es que la desidia y la connivencia de la política y de las fuerzas de seguridad es importante en Argentina", dijo la vicepresidenta Michetti al canal C5N cuando el gobierno estaba convencido de la aprehensión de todos los fugados.
Tras la desmentida ningún funcionario del gobierno dio declaraciones públicas.
Martín Lanatta fue capturado en un campo tras el vuelco de la camioneta en la que huía con sus cómplices, quienes lo habrían abandonado en el lugar tras el accidente.
La camioneta tenía inscripciones, presuntamente falsas, de Gendarmería Nacional.
La fuga ha salpicado a políticos y al servicio penitenciario.
Al menos seis personas están arrestadas sospechadas de prestar apoyo para la fuga.
El caso puso bajo la lupa la capacidad del novel gobierno de Macri de lidiar con las fuerzas de seguridad, muchas veces sospechadas de complicidad con el narcotráfico.
Según las versiones conocidas hasta el momento la captura fue obra de la policía provincial de Santa Fe, una de las más cuestionadas en un distrito donde los ajustes de cuentas entre narcotraficantes son moneda corriente.
En agosto pasado, desde la prisión, Martín Lanatta había formulado denuncias por televisión que involucraron a Aníbal Fernández, entonces jefe de gabinete de la expresidenta Cristina Kirchner (2007-2015).
Esa denuncia influyó en la derrota electoral de Fernández en la provincia de Buenos Aires, donde ganó la gobernación María Eugenia Vidal, de la alianza de derecha liberal que catapultó a Mauricio Macri a la presidencia.
"Con vida tenía que ser. Mis felicitaciones a la policía. Ahora tienen que dar explicaciones por los delitos, la fuga, los ataques que provocaron", dijo al canal C5N Fernández, quien aseguró que la fuga "fue un plan orquestado" y pidió "que los custodien".
El exfuncionario consideró "probable que este caso se lo hayan tirado por la cabeza a la gobernadora Vidal", primera mujer al frente de ese distrito tradicionalmente peronista y que alberga a un tercio de la población del país.
Según relató Mariela, una testigo de la redada, al canal TN, Lanatta estaba "golpeado y todo embarrado pero lúcido y fue llevado esposado".
Su detención fue posible merced al rastrillaje a caballo en una zona de bañados afectada por inundaciones.
"Presté mis caballos, es una zona difícil de andar, había que ayudar entre todos", dijo a la televisión Juan Carlos Zanini, un baqueano del lugar.
Dos tiroteos con al menos dos gendarmes heridos en Santa Fe pusieron en alerta el jueves a las autoridades cuando versiones indicaban que los delincuentes podrían haber huido hacia Paraguay.
Antes se habían enfrentado y herido de gravedad a dos policías en un control de ruta en la localidad de Ranchos, a 120 km al sur de la capital. (I)