Niega. El legislador Gustavo Vera negó que el Papa Franciso pretendiera ofender al país.
Gustavo Vera, legislador de la ciudad de Buenos Aires y titular de la organización no gubernamental La Alameda, a quien el Papa Francisco le dirigió una carta, descartó que el Pontífice haya utilizado la palabra "mexicanización" para ofender al pueblo mexicano.
"No es un estigma en contra de México. Lo mencionó para hacer alusión al doloroso proceso de aumento de la violencia relacionada con el tráfico de drogas que ocurre en Argentina, y que en México ya ha llegado a un nivel altísimo", dijo Vera en entrevista.
"Para nada era una ofensa al pueblo mexicano, al que él quiere muchísimo y por el que siempre reza", expuso el activista quien desde diciembre de 2013 ejerce como diputado en la Legislatura de Buenos Aires por el partido Bien Común.
Vera resaltó que la preocupación de Jorge Bergoglio por el tráfico de drogas, la trata de personas y el trabajo esclavo tiene larga data y que regularmente platican sobre estos temas.
Vera subrayó que la propia ONU ha advertido que desde 2012 Argentina dejó de ser un país de tránsito para convertirse en un país de alto consumo y producción.
Esto ha traído aparejado un incremento de la violencia, sobre todo en la ciudad de Rosario, donde se registra un promedio de una muerte relacionada con drogas por día, pero también en ciertos sectores de Buenos Aires, como el barrio del Bajo Flores, donde Bergoglio solía trabajar con las comunidades con mayores carencias.
"Hoy, lamentablemente, Argentina es el primer consumidor de cocaína de América Latina y el tercer exportador mundial", indicó el legislador porteño.
"Además, en el país se han diseminado las 'cocinas' de efedrina para abastecer a los cárteles mexicanos en la producción de drogas de diseño".
Las autoridades antidrogas estadounidenses estiman que entre 70 y 110 toneladas de cocaína circulan al año por Argentina, la mayor parte tiene origen en países como Bolivia y Perú y es enviada a Europa y Estados Unidos.
La efedrina, en tanto, es producida casi totalmente en Argentina y enviada a México para luego ser comercializada en pastillas en Estados Unidos.
El año pasado, la Policía Federal argentina desarticuló una importante banda vinculada al Cártel de Sinaloa, en la que participaba al menos un mexicano y tres policías argentinos, que habían transportado unas dos toneladas de cocaína líquida desde Buenos Aires hasta Puerto Progreso, Yucatán.