Crece la preocupación empresarial ante el riesgo de una crisis del …





Los empresarios llegaron a una delicada conclusión y por eso juraron mantener en secreto el encuentro: la Argentina corre el riesgo de entrar en una crisis del sector externo que puede ocasionar mayores turbulencias con el dólar y un menor nivel de actividad económica.

Ese fue el punto clave de la reunión que convocó a los caciques industriales y que lideró Héctor Méndez, en la Unión Industrial Argentina. Ocurrió el martes y se realizó para evaluar el impacto de la contundente derrota electoral del "cristinismo" y la "deteriorada" situación de la economía argentina.

En el encuentro también estuvo presente la incertidumbre que genera la enfermedad de la Presidenta y las dudas sobre cómo y con qué intensidad seguirá su mandato. En la UIA consideran que hasta que esa cuestión no se despeje del todo, poco se podrá hacer para intentar encarrilar la economía.

También se habló del fallo de la Corte sobre la ley de medios. Los hombres de negocios mostraron su sorpresa por el cambio de postura del tribunal sobre la defensa a los contratos privados y los derechos adquiridos. La cuestión abre muchos interrogantes y las miradas se posan sobre Ricardo Lorenzetti.

La única noticia que generó alivio fue un comentario de Méndez a sus colegas: según información confidencial, los fondos de inversión que ingresaron al canje habrían logrado un aval del 90% para cerrar un acuerdo con los fondos buitre.

El dato se lo habría trasmitido a Méndez el banquero Jorge Brito y así podría destrabarse el juicio de los holdouts contra la Argentina.

El miércoles hubo una reunión en Manhattan promovida por el Fondo Gramercy y que habría contado con el respaldo de la mayoría de los bonistas para realizar un aporte y facilitar una solución del conflicto. Gramercy está vinculado a Amado Boudou.

Así, con la ayuda de los bonistas, el Gobierno haría un plan de pago a los fondos buitre.

El tema ahora es ver cómo se presenta el acuerdo, porque su existencia va a contradecir el relato oficial y la promesa de Cristina de que jamás les iba a pagar un solo dolar a esos grupos financieros.

Carlos Zannini quiere que el costo de tamaña contradicción sea cargado a la cuenta del desprestigiado Amado Boudou. Una muestra de que el vicepresidente está dispuesto a todo fue cuando, el domingo, sacó sus viejas dotes de DJ para "celebrar" el fuerte traspié electoral de la Casa Rosada.

Pero el pago abriría otra puerta: la posibilidad de que el Gobierno comience a endeudarse y cubra con créditos la vertiginosa caída de las reservas.

Además de Méndez, en la reunión de la UIA estuvieron Cristiano Rattazzi, Adrián Kauffman Brea, Juan Sacco, Ignacio de Mendiguren, Miguel Acevedo y Luis Betnaza. Para cubrir las apariencias, dicen que fue para organizar la Conferencia Industrial.

Pero en el hermético cónclave de la cúpula fabril se coincidió en un diagnóstico: son los errores del Gobierno y la mala praxis de sus funcionarios los principales causantes de las penurias externas, porque las condiciones internacionales son favorables para mantener un stock de reservas robusto. Pocas veces en la historia, los términos del intercambio fueron tan favorables a los productos argentinos como ahora.

Por eso también hablaron de la necesidad de urgentes correcciones para frenar el drenaje de divisas y varios dirigentes dijeron que si la Casa Rosada persiste en mantener sin cambios el rumbo, la Presidenta podría "ponerse de sombrero" la economía.

El crudo panorama quedó plasmado en una serie de "papers" internos que elaboró el Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina, comandado por el dirigente Roberto Arano, según consigna Clarín.

El trabajo que circuló el martes avanza en varios ejes contundentes: - La inflación va en ascenso porque refleja fuertes desequilibrios macroeconómicos de emisión monetaria, atraso cambiario y rojo fiscal. Consideran un fracaso la gestión de Guillermo Moreno para contener los precios.

- El nivel de reservas va en descenso por la pésima gestión económica y la ausencia de credibilidad en la Casa Rosada. Están alarmados por la falta de acción de Mercedes Marcó del Pont y las dudas teóricas de Axel Kicillof.

Para la cúpula de la UIA, las divisas se esfuman y las reservas del Banco Central están llegando a un piso mínimo tolerable.

Los datos son concluyentes: los activos externos garantizan importaciones sólo por cinco meses, cuando lo normal es tener un colchón de dólares que cubra entre ocho y doce meses de importaciones.

En la crisis del 2009 las reservas equivalían al 18% del PBI y ahora sólo al 7%. Y peor aún: la continua caída de divisas proyecta un dólar paralelo a 12 pesos para fin de año.

-El conflicto con Brasil enturbia el comercio bilateral y compromete ventas a Europa.

Todos critican la mala gestión del secretario de Negociaciones Augusto Costa y la ausencia permanente de Débora Giorgi.

-La conclusión es que sin correcciones de fondo se acentuarán la caída en la actividad y la inflación.

Temores similares surgieron en el encuentro que reunió a treinta embajadores y diplomáticos con Daniel Scioli. Estuvo el ministro de Producción, Cristian Breitenstein, y los jefes de las representaciones de Alemania, Australia, Brasil, Uruguay y un delegado de Estados Unidos.

Según Clarín, fue hace diez días, y allí los diplomáticos insistieron en conocer el verdadero estado de salud de Cristina y cómo el Gobierno va a encarar la transición hasta el 2015. Aparecieron interrogantes y la comunidad diplomática le trasmitió a Scioli una cuestión política: hubo un voto de censura general a la gestión discrecional y rudimentaria de Moreno.

 

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