Comic-Con Argentina 2014: Los fans sean unidos

La Comic-Con es la convención más grande del mundo de cómics, cine y TV que se realiza hace años en San Diego (Estados Unidos) y creció de tal manera que hizo entender a la industria que es a los fans a quienes tienen que presentar antes que a nadie las novedades de sus productos. Este fin de semana la Comic-Con llegó por segunda vez a Argentina, como esperada franquicia entre devotos de la cultura pop. Se realizó de viernes a domingo, en el Complejo Miguelete, un gran pabellón de convenciones en Parque Yrigoyen, Buenos Aires.

¿Qué se espera de una encuentro como este? Varias cosas: que los stands tengan una oferta variada, que haya invitados importantes al alcance del público, que se presenten novedades, que se desarrollen actividades participativas y, sobre todo, que esto logre entusiasmar a los fans. Este último aspecto fue el más logrado en la Comic-Con vernácula. Miles de personas circularon entre los tres días por la convención.

El calor porteño del fin de semana (tan intenso y pegajoso que el aire acondicionado no logró apaciguarlo) no amedrentó a nadie, ni siquiera a los cosplayers que se animaron a los trajes menos apropiados para el clima, con dignidad atérmica: entre ellos había un Batman con traje sintético del que emanaban hilos de sudor; una rubia que se metió en el disfraz de IronMan; un corajudo que era Hagrid, el amigo gigante de Harry Potter (con barba tupida y traje de piel).

Lo mejor fue el desfile de trajes de los seguidores de Star Wars, que hicieron su "Star Wars Parade" y el que más fresco estaba era un chico disfrazado de Khal Drogo, el personaje de pectorales al aire de la serie Juego de tronos.

Entre los invitados destacados, tres fueron los más convocantes: Kevin Eastman, uno de los dos creadores del cómic de Las tortugas ninja, que sonrió para las mil y una fotos de los comiqueros que lo admiraron como si fuera Mick Jagger; Olga Fonda, una de las actrices de la serie Vampire Diaries; y Finn Jones, el actor carilindo que interpreta a Loras Tyrell en la popular Juego de tronos.

Una anécdota para entender cómo funciona esa relación entre fans y estrellas secundarias. El sábado, luego de una charla abierta en la que respondió las preguntas de todos los curiosos, Finn Jones pasó a una sala VIP para la segunda actividad de su visita. Básicamente, se trataba de un "meet and greet" en el que a cambio de 400 pesos, sus admiradores podían sacarse una foto con él, pedirle un autógrafo y decirle "Hola". En la cola, tres chicas contaban cómo habían ahorrado para vivir ese momento, las ansias que tenían, lo inolvidable que sería ese instante en sus vidas. La primera que entró, salió a los siete segundos, emocionada. "Es un dulce. Me sonrió y me dijo 'How are you'", le contaba a sus amigas, sobre el fugaz encuentro. Y eso era todo.

Sobre los stands, había una gran mayoría de puestos de cómics (Marvel, Ovni press y otros) que eran los de mejor relación oferta de contenidos-precio. El resto de los puestos de objetos tenían precios que desafiaban todo sentido común. Entre las actividades participativas, se destacaban los puestos de películas de El Hobbit (donde era posible sacarse una foto disfrazado de enano); el de Mad Max (en el que una peluquera se ofrecía a dejarte el pelo trenzado y savage como en el filme) y el de Los juegos del hambre (para practicar arquería).

Unos arcades para jugar gratis anticipaban la película Pixels, que llegará pronto. Faltaba, sin embargo, una presencia de stands sobre series de TV, al menos de las más populares: ni HBO, ni Fox ni otras grandes cadenas prepararon acciones ni puestos específicos, una ausencia importante, teniendo en cuenta que la Comic-Con original es la gran plataforma de estrenos de la TV de Estados Unidos.

Los créditos locales más esperados en la convención fueron Liniers, que firmó libros y cantó con Kevin Johansen; Pablo Bernasconi, de quien se presentó una muestra con sus retratos de materiales extraños; Liliana Bodoc, que firmó ejemplares; y Gonzalo Kennys, ilustrador del último libro de la autora.

Había, para los curiosos, puestos de historiertas independientes de Buenos Aires, de editoriales menos conocida; algunos stands de efectos especiales de ciencia ficción muy interesantes y hasta un encantador paseo de "Rasti Art" con retratos de personjaes de ficción como Gollum realizados con piezas de Rasti.

Prueba superada para la segunda edición de la Comic-Con local, aunque aún queda mucho por mejorar para que se convierta en una instancia más atractiva.

Leave a Reply