La final de la Copa Argentina, a disputarse desde las 20.15 en San Juan, se sumará hoy a las emociones que empiezan a ponerle calor futbolero al cierre del año. Sus protagonistas serán Rosario Central y Huracán, que además de buscar la gloria que viene de la mano de cualquier título, irán también por el importante premio que le otorga el certamen a su vencedor: el pasaje para intervenir en la próxima edición de la Copa Libertadores.
No es buena la campaña de Central en el campeonato de Primera División. De hecho, la tabla señala que está solamente por encima de Olimpo y de Quilmes, y que viene de cinco fechas sin triunfos, serie durante la cual apenas anotó un gol: el del reciente 1 a 1 con Olimpo en Bahía Blanca. La racha negativa comenzó después de la gran alegría que el equipo de Miguel Angel Russo saboreó gracias a la victoria sobre Newell's en el clásico rosarino, pero la Copa Argentina fue aportando alivio y esperanza.
En ese frente, después de superar a Juventud Unida de San Luis y a Tigre, el Canalla despachó a River por penales y en semifinales aplastó a Argentinos Juniors, para llegar así a la actual instancia, que entusiasma a sus hinchas y que le ofrece una chance inmejorable de terminar el 2014 con una sonrisa y con un éxito valioso.
Lo mismo pretende Huracán, que además pelea por volver a la máxima categoría. En esa carrera que tiene como objetivo el ascenso, el Globo había obtenido tres triunfos consecutivos -ante Atlético Tucumán, Santamarina y Crucero del Norte- que le levantaron el ánimo y lo hicieron crecer en la tabla, pero el traspié de la jornada anterior, contra Unión en Parque Patricios, volvió a complicar la situación. Igualmente, en las dos fechas que faltan para el final de la B Nacional, Huracán mantiene posibilidades de regresar a Primera. Y aunque allí está puesta su ilusión y buena parte de su esfuerzo, el atractivo de jugar la final de la Copa Argentina le agrega una prueba más y le brinda una motivación adicional.