La campaña electoral en Argentina ha incorporado, esta vez, el tema del narcotráfico como eje del debate y de las propuestas que hacen los candidatos. El aspirante Sergio Massa, del Frente Renovador, es el más lanzado en la oferta de iniciar una verdadera guerra contra el narcotráfico, le sigue Mauricio Macri, de Propuesta Republicana (PRO), aunque el oficialista Daniel Scioli mire para otro lado.
Massa propuso la semana pasada militarizar la ciudad de Rosario para arrebatarle al narcotráfico el control de la segunda ciudad más grande de Argentina y hacer algo parecido en Córdoba. El candidato también exigirá que se apruebe la ley necesaria para que los aviones que llegan con droga a Argentina puedan ser derribados. Pero lo más llamativo que propone Massa, y lo hizo en Salta, es poner al Ejército en la frontera con Bolivia para frenar el ingreso de la coca y la cocaína, además de la ropa usada, que está matando a la industria argentina.
Macri ha declarado que el debate sobre el narcotráfico no ha comenzado en Argentina, aunque es una pesadilla que ha acabado con la seguridad ciudadana, que se presenta como una actividad económica alternativa a las de la decencia. Esto ha sido observado por académicos argentinos, que proponen un debate serio sobre este tema. El 16 de septiembre emitieron un documento en el que mencionaron: “Nos motiva únicamente la convicción de que es hora de discutir seriamente sobre el tema, pues la negación o tergiversación del mismo solo alienta a los que, con una agenda preconcebida basada en el temor, la ignorancia y la ampulosidad, pretenden instaurar una estrategia de guerra, en la que tendrían un lugar protagónico las Fuerzas Armadas, en contraposición con la legislación vigente”.
Pero advierten que “los efectos socialmente más dañosos del problema de las drogas”—entre los que enumera a la “extrema violencia asociada a la apropiación y el control del negocio ilegal” y a la “corrupción y descomposición de instituciones públicas”— son resultado de “los fallidos intentos represivos dirigidos a eliminar esos mercados ilícitos”.
Los académicos argentinos que se pronunciaron con ese documento creen que el tema del narcotráfico merece un tratamiento similar al que se aplicó en el mundo contra otras adicciones, como el alcohol o el tabaco. Una cuestión que merece ser tomada en cuenta también en Bolivia