La Luna comenzará a zambullirse durante unas horas de la noche del domingo próximo en un elipse total que la dejará bañada de un color rojizo, ofreciendo uno de los espectáculos más grandes de la naturaleza.
El fenómeno se observará, a simple vista, en la Argentina y en toda América.
El Planetario de Buenos Aires organizó un evento especial, público y gratuito, a partir de las 22, para observar el eclipse con varios telescopios, pantalla gigante y música, desde su explanada de acceso, Avenida Sarmiento y Avenida Figueroa Alcorta.
Durante la noche del domingo 27 de septiembre la Luna entrará dentro del enorme cono de sombra de la Tierra, pero, lejos de desaparecer, quedará bañado por un etéreo color rojizo-anaranjado.
Como en todos los eclipses, habrá Luna llena, pero no será una Luna llena común, sino algo que suele llamarse "Súper Luna", dado que nuestro satélite estará en su perigeo, el punto de su órbita más cercano a la Tierra, a "sólo" 357 mil kilómetros de distancia.
Por eso, se la verá un poco más grande (un 13-14%) y brillante de lo habitual, como un condimento especial para lo más importante, que ocurrirá poco antes de la medianoche.
A las 21.11, la Luna ingresará en la penumbra, es decir, la parte externa de la sombra terrestre, en lo que será, en la práctica, el comienzo del eclipse.
Sin embargo, no se notará prácticamente nada hasta un rato más
tarde.
El verdadero show comenzará a las 22.07, cuando ubicada a casi 40º de altura sobre el horizonte del noreste, la Luna ingresará en la "umbra", la parte central del cono de sombra terrestre.
Minuto a minuto, la redondeada sombra de la Tierra ira cubriendo el disco lunar, trazando un "mordisco" oscuro cada vez más grande.
La Luna rojiza
A las 23.11, la Luna (ya ubicada a casi 50º sobre el horizonte
noreste) quedará completamente sumergida en la umbra terrestre:
será el inicio de la "Totalidad" del eclipse.
Su fase central y más espectacular, que alcanzará su máxima profundidad hacia las 23.47.
Durante toda la "Totalidad", el satélite terrestre quedará débilmente iluminado con un suave color rojizo-anaranjado.
En un eclipse lunar, la atmósfera terrestre (y fundamentalmente su capa más baja y densa, la tropósfera) refracta algo de luz solar hacia el interior del cono de sombra, y es justamente esa débil luz la que salva a la Luna de lo que, de otro modo, sería una oscuridad absoluta.
Como la mayor parte de esa luz refractada corresponde a las longitudes de onda del rojo y el naranja, durante la "Totalidad", la Luna se "tiñe" de tonos rojizos y anaranjados.
Final del eclipse
En esta oportunidad, la "totalidad" del eclipse lunar será especialmente larga: durará 1 hora y 12 minutos, finalizando ya pasada la medianoche, a la 00:23 del lunes 28.
En ese momento, vista desde Buenos Aires y alrededores, aún estará a 53º de altura sobre el horizonte del norte.
El resto del eclipse será como ver la película al revés: minuto a minuto, la blanca e intensa luz solar directa irá ganando nuevamente el disco lunar.
La Luna saldrá de la "umbra" a la 1.27 de la madrugada del lunes.
Será el final del verdadero eclipse (sólo restará algo más de una hora de la etapa penumbral final, que es prácticamente irrelevante).
De punta a punta, la parte más interesante del fenómeno habrá durado más de 3 horas.
El próximo eclipse total de Luna visible desde Argentina será, recién, el 27 de julio de 2018.