Argentina se juega el primer puesto ante Nigeria


Gran dilema en Argentina: sale con sus titulares o resguarda el físico de varios de ellos. Cualquiera que sea la decisión de su técnico Alejandro Sabella, no debería faltar el arquitecto del gol, Lionel Messi, para el partido del miércoles contra Nigeria por la Copa del Mundo.

Los suramericanos, carentes de pimienta en el ataque, salvo Messi, se las verán ante un equipo cuyo fuerte es la defensa, el único de los 32 que no ha recibido ningún gol en la primera fase.

Con seis puntos en dos partidos, Argentina ya está clasificada a la siguiente ronda. Pero en ese duelo ambos equipos moldearán su futuro: los Albicelestes no deben perder para ganar el Grupo F y evitar así a un rival fuerte en la próxima ronda que podría ser Francia, mientras que las Águilas Verdes necesitan un empate para seguir adelante y postergar así el sueño de Irán, ya que el de Bosnia quedó sepultado antes de tiempo.

Argentina gana pero no convence, y al parecer llegó la hora de cambiar de nombres y darle rodaje a otras caras, algo que muy difícilmente haga Sabella a no ser que sea para dar un descanso y no por cuestiones estratégicas.

“Vamos a jugar casi seguro con un 4-3-3 pero no tengo el equipo porque voy a esperar un poco más la recuperación de algunos jugadores’’, destacó el estratega el martes ante la prensa en el estadio Beira-Río, escenario del partido. “Siempre puede aparecer alguna molestia, algún dolor de último momento, siempre puede haber algún jugador que esté en duda’’.

El técnico dio un indicio de sus planes cuando señaló que “no soy de hacer muchos cambios, siempre busco que el jugador tenga confianza’’.

Hasta ahora, Messi, sin ser aquel electrizante jugador del Barcelona, apareció con la verdad irrefutable de su zurda picante para ametrallar con un gol a Bosnia (2-1) y otro a Irán (1-0), en este caso cuando el árbitro ya preparaba el pitazo final.

Entre los goles de Messi, que este martes cumplía 27 años, y las notables atajadas de Sergio Romero, salvaron a los argentinos de sendos papelones ya que en ambos partidos estuvieron envueltos por angustias y pesares.

“Tenemos que mejorar, empezando por mí. Tener más movilidad para encontrar los espacios’’, concedió Sabella.

“No sé si Argentina jugó bien contra Irán, pero tuvo ocho situaciones de gol’’, valoró.

La defensa argentina duda más que Hamlet, y la banda derecha por la que se mueven Pablo Zabaleta y Federico Fernández es una invitación para que los delanteros entren a una fiesta en la que solo Romero los privó de manjares.

Con el centro de la cancha pasa la misma historia: simplemente no funciona ya que hay poco quite y menos creatividad. Pero sería poco probable que Sabella se desprenda de un jugador insustituible para su proyecto como es Javier Mascherano, aunque sí podría hacerlo con Fernando Gago.

Sin embargo, salvo el olfato goleador de Messi, el ataque es portador de los peores presagios, ya que ha generado muy pocas ocasiones de peligro pese a contar con jugadores de fuste como Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín y el propio Angel di María, quien tiene la misión además de colaborar con los del medio.

¿Se animará Sabella a relegar a Di María, Agüero o a Higuaín? Un trío que junto con Messi conforma lo que los argentinos llaman los “Cuatro Fantásticos’’.

Para un técnico que se caracterizó por dar confianza a los titulares, no parece que vaya a desprenderse de ellos así nomás, aunque es probable que lo haga si es para darles descanso. Figuras en sus clubes, Sabella cuenta con que Agüero (Manchester City), Higuaín (Napoli) y Di María (Real Madrid) recuperarán la memoria.

Por ahora Argentina no se mueve dentro de la órbita de lo previsible, que era gustar y golear, además de ganar. Se midió con dos rivales débiles y ahora le toca un tercero como Nigeria que se presenta con una credencial de respeto: el único equipo al que no le convirtieron goles en Brasil.

Su arquero Vincent Enyeama conservó el arco invicto en el 0-0 con Irán y el 1-0 sobre Bosnia, y se avecina un nuevo duelo con Messi, después que el africano saliera airoso del primero en el Mundial de Sudáfrica 2010.

Pese a que Argentina venció 1-0 a Nigeria, Enyeama fue la figura de la cancha por ahogarle una y otra vez el grito de gol a Messi, que en solo un tiempo de ese duelo remató más veces al arco que en sus dos partidos en Brasil.

“Es un arquero con una gran capacidad atlética, reflejos, figura en su equipo (Lille) en Francia y figura en su selección’’, lo elogió Sabella.

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