Argentina llora por el dólar

¿Otra vez vuelve la mula al trigo?

Ocho meses después de que Argentina enturbiara el mercado con la devaluación de 20 por ciento de su moneda, el peso, ese país se ve cada vez más inestable.

Después de haber gozado de un periodo de relativa estabilidad, tras la devaluación, la brecha entre el tipo de cambio oficial y el del mercado negro (conocido como dólar azul) crece de nuevo.

Desde principios de julio el peso ha caído 27.8 por ciento para llegar a una baja de 15.4 por dólar en el mercado negro. En contraste, el tipo de cambio oficial que es de 8.4 pesos.

La brecha entre ambos, que ahora se encuentra por encima de 80 por ciento (es mayor que la diferencia previa a la devaluación de enero) ha generado especulaciones de que el gobierno de Cristina Fernández puede devaluar el peso por segunda ocasión en este año.

De hecho, ahora, igual que entonces, la economía argentida es un desastre: el gobierno lucha por impulsar el crecimiento (que se contrajo en el primer trimestre) y contener la inflación rampante que, según economistas independientes, puede llegar a 40 por ciento este año.

En tanto, el precio mundial de la soya, una de las principales materias primas de ese país, llegó al precio más bajo en los últimos cuatro años, mientras el costo de las importaciones de energéticos sigue saqueando los cofres del Estado.

Por lo que hace a la reserva de divisas, ésta se ubicó en 28 mil 200 millones de dólares, la más baja en ocho años.

El incumplimento de pago de la deuda en julio —a causa de la disputa de una década con los tenedores de fondos buitre no aceptantes— también aumenta la presión para una nueva devaluación. El razonamiento es que el default dificultará a Argentina conseguir créditos para salir de los problemas en los mercados internacionales de capital en un futuro próximo.

Según una encuesta de Bloomberg con analistas, se espera que el peso caiga hasta 9.37 por dólar a final de año.

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