Argentina gira con Macri

El pasado domingo, los argentinos dieron la espalda a doce años de kirchnerismo y apostaron por Mauricio Macri, un millonario ingeniero de centro derecha que se define como desarrollista. Sin embargo, una ajustada diferencia del 3 %, ser minoría en el Parlamento y una difícil situación económica forzarán al nuevo presidente a negociar con peronistas y radicales a partir del 10 de diciembre. Temas como una eventual devaluación, importantes problemas sociales por atender y ganar el favor de la clases populares harán parte de su agenda de gobierno. Las cosas no pintan fáciles para Macri.

Será esta la primera vez en que un candidato ajeno al peronismo o al radicalismo llegue a la Casa Rosada. El hecho de que dentro de su alianza Cambiemos cuente con miembros de los dos partidos, apunta en la dirección de tender puentes con miras a la búsqueda de consensos que le permitan garantizar la gobernabilidad. De otro lado, se dio el hecho inédito de tener que acudir al balotaje, o segunda vuelta, innecesario en ocasiones anteriores. Scioli intentó infructuosamente descalificar a su contendor y presentar un futuro apocalíptico para las clases sociales menos favorecidas si ganaba Macri. El lastre de Cristina Fernández de Kirchner terminó jalonando en contra al Frente para la Victoria, que alcanzó un 48,6 % contra el 51,4 % del ganador. Anta la evidencia de un país dividido, en sus palabras de triunfo el electo primer mandatario insistió en la unidad e invitó a quienes no lo apoyaron a que “se sumen a este cambio. Esta Argentina no va a ser fruto de un iluminado que tiene todas las soluciones. No es tiempo de ajustes ni de revanchas”.

En el campo económico tiene varios retos inmediatos. Levantar el control cambiario, o cepo, que al parecer llevará a cabo de manera gradual. Vinculada al tema anterior está la posibilidad de una devaluación, dado el diferencial cambiario. Este tema está relacionado con el Banco Central, pues afloró un nuevo caso de corrupción por ventajas concedidas a ciertas personas para la adquisición de divisas. De hecho, las reservas internacionales del país disminuyeron de manera reciente en US$1.350 millones, quedando en US$25.918 millones, una de las más bajas de Latinoamérica en relación con las importaciones. Adicionalmente se espera un ajuste fiscal, dado que el déficit para 2017 puede estar entre el 4 % y el 7 % con recorte en ciertas subvenciones en servicios públicos. Además, sigue gravitando el muy complejo tema de los “fondos buitre” y el eventual pago de los acreedores. De cómo se comporten estas variables dependerá el tema del crecimiento económico, que será del 0,9 % este año, y la inflación, que para el 2016 podría estar cerca del 34 %.

Otro campo donde habrá un giro sustancial con el nuevo gobierno es el de las relaciones internacionales, en especial con respecto a Caracas. El domingo, Mauricio Macri estuvo acompañado por Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, encarcelado y condenado de manera absurda por el régimen de Nicolás Maduro. El nuevo mandatario anunció el lunes pasado que el 21 de diciembre, durante la reunión presidencial de Mercosur, pedirá la suspensión de Venezuela de dicho mecanismo al invocar su cláusula democrática. Romperá así con el kirchnerismo que jugó los doce años completamente alineado con el chavismo. De esta manera la cómoda posición regional que logró construir Venezuela, merced a su jugosa chequera petrolera, comenzará a variar poco a poco al perder un aliado importante.

Lo cierto es que partir del 10 de diciembre se sabrá cómo será la nueva era que en Argentina inicia Mauricio Macri. El camino a transitar, como se ve, tiene obstáculos importantes que el electo presidente deberá sortear de manera exitosa. Aunque los retos son muchos, es de augurar lo mejor para su país.

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