La volatilidad de los mercados internacionales también se sintió en el mercado local. La suba del petróleo, que impulsó a la bolsa los dos últimos días de la semana, mejoró el ánimo, pero no terminó de despejar dudas sobre la marcha de la economía. En este contexto de bajas y subas, fracasó el primer contacto directo del Gobierno con el mercado de capitales y el BCRA subió levemente la tasa para sus Lebac de “corto”.
Antes que nada, convendría hacer una aclaración sobre el fracaso de la colocación y canje del Bonar 2020. El canje por el 2017 fue muy limitado. El “premio” ofrecido era tan escaso que el resultado final fueron escuálidos US$17 millones canjeados. La suscripción “nueva” del 2020 directamente fue declarada desierta. En este caso, a los coletazos de la crisis se sumarían los pocos avances en la negociación con los holdouts.
Los inversores más prudentes, y los que pudieron, optaron por el camino conservador: elegir la tasa de interés. Con la volatilidad que reina en el mundo, y por supuesto en la Argentina, el tiempo está como para “wait and see”.
Por otra parte, en el mercado local el escenario se presta a un clásico “pedaleo” argentino. Con el dólar por debajo de los 14 pesos y con expectativas de suba acotadas para el corto plazo, la apuesta a tasas del 30% anual es una fija.
Los más audaces, no necesariamente arriesgados, ponen las fichas en una combinación de tasa con dólar futuro en el Rofex. Dicen que la ganancia rondaría entre el 12% y el 15% en dólares. Es un dato. Pero, siempre hay un “pero”, se trata de una operación para inversores con billeteras más bien generosas porque, si no, la ganancia es mucho menor. La “bicicleta” siempre es bienvenida.
Sin tanta sofisticación, hay oportunidades en algunos plazos fijos de bancos de segundo nivel que ofrecen tasas de casi un 30% y en los fondos comunes de inversión de “money market”.
La sintonía fina entre inflación, dólar y tasa fue, es y será, otro clásico financiero argentino.