La justicia en Argentina condenó este martes a un grupo de exfuncionarios y empresarios por la llamada "tragedia de Once", como se conoce al choque de un tren en la estación de ese nombre, en Buenos Aires, que dejó 51 muertos el 22 de febrero de 2012.
Juan Pablo Schiavi, quien ejercía como exsecretario de Transporte de Argentina al momento del choque, fue condenado a 8 años de prisión.
En tanto, su antecesor, Ricardo Jaime, también funcionario del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, recibió una pena de 6 años, que incluyó una condena anterior de un año y seis meses.
El maquinista del tren, Marcos Córdoba, también fue condenado a 3 años de cárcel e inhabilitado para conducir trenes por siete años.
Los dueños de la empresa TBA, que tenía la concesión de la línea Sarmiento, a la que pertenecía el tren siniestrado, recibieron penas de entre 5 y 9 años.
Antecedentes
789 personas resultaron heridas como consecuencia del choque.
Según la periodista de BBC Mundo en Buenos Aires Veronica Smink, tras el siniestro, el gobierno de Fernández estatizó el sistema ferroviario e implementó un masivo recambio de trenes, que mejoraron los servicios, hasta entonces gravemente defectuosos.
Afuera del tribunal, los familiares de las víctimas y otros simpatizantes escucharon las condenas.
Muchos aplaudieron, aunque otros criticaron que las sentencias no fueran más altas.
"Creo que fue un fallo histórico", dijo María Luján Rey, madre de Lucas Menghini Rey, cuyo cuerpo fue hallado entre las ruinas del tren tres días después del choque.