Buenos Aires, 21 feb (EFE).- A menos de una semana para el inicio de las clases en Argentina, el Gobierno anunció hoy que no hubo acuerdo en el primer día de negociación colectiva con los sindicatos docentes para pactar la subida salarial de los profesores en 2014, que servirá de referencia para otros sectores.
"No hubo acuerdo en esta primera etapa", informó a la prensa el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, tras una reunión de tres horas con los gremios docentes en la que también participaron los ministros de Educación, Alberto Sileoni; de Trabajo, Carlos Tomada, y de Economía, Axel Kicillof.
El Gobierno propuso a los sindicatos un aumento del 22 % escalonado en tres tramos e incentivos por asistencia al trabajo que, de cumplir los requisitos, elevarían hasta el 26,8 % la subida salarial de los profesores que comienzan a ejercer en Argentina en 2014.
"Para que haya calidad educativa tiene que haber continuidad en las clases", subrayó Capitanich al detallar la propuesta gubernamental, que volverá a ser discutida a partir de la próxima semana, cuando las dos partes retomen las conversaciones.
"Vamos a hacer un esfuerzo para que este diálogo nos permita llegar a un consenso", dijo Capitanich, aunque advirtió de que han pedido a los gremios un "modelo razonable de negociación".
La subida salarial del 42 % que exige la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA), el mayor sindicato docente argentino, fue citada como ejemplo de lo que "no es razonable", y el jefe de Gabinete volvió a dejar abierta la puerta a un alza salarial por decreto si finalmente no hay acuerdo.
Los sindicatos rechazaron frontalmente la propuesta del Gobierno, que es inferior a la inflación prevista por consultoras privadas para 2014, cercana al 30 %.
La secretaria general de CTERA, Stella Maldonado, dio de plazo hasta el lunes al Ejecutivo de Cristina Fernández para presentar una oferta que satisfaga las reivindicaciones de los profesores, que quieren elevar hasta los 4.860 pesos (452 euros) el salario de un maestro en su primer año.
Además, los sindicatos exigen que el incremento se vea reflejado en su totalidad en las nóminas durante el primer semestre de 2014 e incluya una cláusula que permita una actualización de los sueldos si se dispara la inflación.
Si el Gobierno decide unilateralmente el alza de los salarios, los gremios amenazan con ir a la huelga y retrasar el inicio del curso lectivo, previsto para el 26 de febrero en algunas provincias y el 5 de marzo en otras.
El resultado de la negociación estatal marca la pauta para que las administraciones provinciales, que tienen transferidas las competencias educativas, fijen el sueldo que recibirán los profesores que comienzan a ejercer en 2014.
Sin embargo, algunos gobiernos provinciales, como Córdoba (centro), San Luis (oeste) y Salta (norte), se anticiparon y concedieron aumentos salariales que oscilan entre el 27 y el 31 %.
Tan sólo la norteña Santiago del Estero acordó un alza del salario de los docentes del 25 %, el tope máximo pactado entre el Gobierno y una quincena de ministros de Educación regionales.
Capitanich advirtió a los gremios de que cada provincia acordará las subidas "en virtud de sus proyecciones presupuestarias".
En 2013, la falta de acuerdo entre maestros y administraciones públicas obligó a posponer el inicio del curso escolar, ya que los docentes se declararon en huelga el primer día de clases después de que el Gobierno fijara un alza salarial del 22 %, ocho puntos menos de lo que reclamaban los gremios.
Las paritarias docentes, que afectan a cerca de un millón de trabajadores, son unas de las más conflictivas de Argentina por ser las primeras negociaciones colectivas salariales del país y servir como referencia para las demás negociaciones sectoriales que se realizan en el país a partir de marzo.