Los principales accesos a la capital quedaron bloqueados. Foto: AP
El jefe de la rama opositora de la Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano, señaló en una conferencia de prensa que el paro general que organizó este jueves junto con otras centrales obreras paralizó el país.
"El paro ha tenido un acatamiento importantísimo y una adhesión importantísima. En muchos casos supero el 98%", aseguró.
Los periodistas de BBC Mundo en Buenos Aires informaron que todos los medios de transporte público dejaron de funcionar: tanto trenes y omnibuses como subterráneos.
También los aeropuertos y puertos dejaron de operar. En tanto, los hospitales públicos (con excepción de servicios de emergencia), algunas escuelas, las estaciones de servicio y bares y restaurantes tampoco abrieron sus puertas.
Muchos argentinos que no adherían al paro debieron quedarse en sus casas ante la imposibilidad de ir a trabajar, informó el corresponsal Ignacio de los Reyes.
Se trata de la medida de protesta laboral más fuerte que enfrenta el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner desde la llegada al poder del kirchnerismo, en 2003.
"Algunos pretenden hacer creer que como consecuencia de los piquetes (cortes de tránsito) la gente no fue a trabajar. Hay reclamos que no tienen respuesta. Hay que resolver la inseguridad, la inflación, la devaluación", dijo esta tarde Moyano, quien no descartó nuevas medidas en el futuro.
Por su parte, el jefe de gabinete de la presidenta, Jorge Capitanich, dijo que "es una actividad antidemocrática impedir que trabajadores vayan a trabajar" y aseguró en la mañana que no había razones para un paro nacional de esta naturaleza.
Capitanich acusó a los líderes sindicales organizadores de la huelga de alinearse con la oposición y de fomentar "un gran piquete nacional con paro de transporte".
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