Ante la cercanía del partido del sábado frente a Bélgica, el entrenador Alejandro Sabella tiene poco tiempo para definir si mantiene la misma estructura del equipo con la que viene sufriendo pese a la continuidad de victorias, o si busca otras alternativas que intenten compatibilizar el objetivo de llegar a las semifinales sin tanta angustia.
"Pachorra" deberá resolver rápido si en el estadio Mané Garrincha, en Brasilia, sigue con Ezequiel Lavezzi en cancha, lo reemplaza por Rodrigo Palacio, o si refuerza el medio para darle un poco de auxilio al interminable Javier Mascherano, y a su vez pueda tener un nexo con el ataque, como podría darle Maximiliano Rodríguez.
Hasta ahora, lo único cierto es que no jugará Marcos Rojo, por acumulación de amarillas, y todo indica que José María Basanta será su reemplazante. ¿Pesará el deseo de Messi de jugar con tres arriba? Sabella destacó en la conferencia de prensa tras la victoria sobre Suiza la "recuperación" de Palacio y la "evolución" de Lavezzi.
¿Alcanzó con que el bahiense haya iniciado la jugada del gol? El "Pocho" evidentemente no respondió a las expectativas de cumplir esa función de eslabón entre el medio y la delantera. De todos modos, el DT elogió a sus jugadores, los felicitó y se excluyó de las críticas. Pero los jugadores que rodean a "Leo" siguen sin aparecer.
Ángel Di María, receptor de todos los flashes tras la victoria, recién emergió en el segundo tiempo del alargue, es decir, a los 105 minutos de juego. Gonzalo Higuaín sigue ausente, pero es intocable en el andamiaje de la Selección. Fernando Gago tampoco suma en ataque. ¿Mantendrá a los referentes el entrenador?
Argentina mereció ganar, como ocurrió en sus cuatro partidos, pero el equipo no tiene hilván, ni en ataque ni en defensa, y las únicas puntadas las dio Lionel Messi, a veces haciendo goles que saca de la galera o, como el martes, encarando para atraer marcas y dar la asistencia para la definición.
Puede aceptarse que el equipo sea dependiente del rosarino, pero nadie puede pedirle que él sea el equipo mismo. Y ese límite es difuso desde que comenzó el Mundial. Ya no hay tiempos para exigir el físico en un entrenamiento, sólo mantenerlo y cuidarlo. Si hay un músculo activado de un integrante del seleccionado argentino por estas horas, será el de su director técnico.