Al campo le queda apenas el 11,4% de la renta

En un reflejo de la división en el sector agropecuario, sólo tres de las cuatro entidades que conforman la Mesa de Enlace resolvieron realizar un cese de comercialización de granos y carnes durante la semana pasada.

El cese de comercialización agropecuario de 72 horas impulsado por tres entidades de las cuatro que integran la Mesa de Enlace finalizó con el dato de que al campo le queda una renta agrícola de 11,4%, dado que el resto (88,6%) se lo lleva el Estado.
Las mediciones fueron difundidas por la Fundación Agropecuaria para el desarrollo de la Argentina (FADA) y en el informe se consideró que durante 2014 creció la participación del Estado en la renta agrícola ya que en marzo de aquel año era de 75% y en la actualidad es del 88,6 por ciento.
En el reporte, los economistas destacaron que "con excepción de la sequía de 2008-09, es la más alta desde la imposición de los derechos de exportación en 2002".
Consideraron que maíz y trigo superan ampliamente este porcentaje promedio y que la rotación de cultivos, el empleo y la producción agrícola en sí misma se encuentran en riesgo.
David Miazzo, economista y coordinador de investigación de la Fundación, analizó ante NA que el 88,6% es el "número del termómetro del campo y el malestar que tienen los productores agropecuarios".
Evaluó que "en este sentido la renta es un poco una de las motivaciones del paro del campo", que llevó a que no hubiera prácticamente ingresos de animales para la venta en el Mercado de Liniers durante la medida de fuerza.
"Este 88,6% tiene atrás una situación de muy baja rentabilidad incluso en los cultivos de trigo y maíz, con lo que se podría decir que cualquier productor que esté sembrando estos dos cereales sólo lo hace por una cuestión de cuidar la tierra".
Para entender lo grave de estas afirmaciones hay que considerar que renta agrícola es la diferencia entre lo que vale la producción de una hectárea promedio en la Argentina y los costos en que se incurren para producir en esa porción.
En tanto, la participación del Estado es la sumatoria de los impuestos nacionales, provinciales y el costo de intervención como porcentaje de esa renta.
Entonces el 11,4% que queda de esa renta de 100% sin el 88,6% de participación del Estado a su vez se divide entre el dueño de la tierra y el que la produce.
"También con números tan altos de participación del Estado de la renta lo que además se hace es quitar incentivo a la producción con consecuencias directas en el ingreso de divisas al país, en general por exportaciones, y en la creación de empleo a lo largo de las cadenas alimentarias", indicó Miazzo a NA.
Por otro lado recomendó como "necesario y urgente la aplicación de medidas: la eliminación de los derechos de exportación a todos los productores agroalimentarios, con excepción de la soja que puede ser una reducción gradual en cinco o siete años y la eliminación de todas las intervenciones de los mercados tales como los ROEs".
Los economistas de FADA sostienen que "gran parte de las producciones agrícolas están dejando de ser sustentables desde el punto de vista económico".
Se suma en el último año la caída de los precios de los principales commodities agrícolas que produce Argentina en torno a un 25% en dólares.
Esto en el contexto de una pérdida sistemática de competitividad a lo largo de los últimos 10 por una inflación que va por encima de la devaluación.
Señalaron que en el último año hubo una devaluación del 12% contra costos que han crecido entre el 25 y el 30%, problemática que no es exclusiva del sector agrícola pampeano, sino que afecta a todo el sector de bienes transables del país, con las economías regionales como las principales afectadas.
Añadieron que "el caso del trigo es el ejemplo perfecto de cómo una política como ésta termina generando efectos contrarios a los buscados".
Los especialistas explicaron que genera a sectores "ganancias extraordinarias" derivadas de permisos discrecionales otorgados por un puñado de funcionarios.
A una diferencia de 14 dólares por tonelada en maíz y 66 en trigo (entre lo que se paga a los productores y el precio que queda de la exportación luego de retenciones y otros gastos) y a 20 millones de toneladas de maíz exportadas y 6 millones de trigo, genera hoy una ganancia potencial para los exportadores de 5.500 millones de pesos sólo en esta campaña 2014-2015.

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