La directora del Centro de Economía Regional y Experimental, Victoria Giarrizzo, advirtió que el menor consumo y la escasez de inversión "generan problemas de liquidez severos, con un deterioro visible en la cadena de pagos" que se traduce en picos históricos en la cantidad de cheques rechazados.
La economista puntualizó que, según datos oficiales, durante agosto último los cheques rechazados aumentaron de manera interanual 67,3% en cantidad y 147,3% en monto: "hacía muchos años que no había un salto de esa magnitud. Menos cheques pero con más dificultades, son señales de alerta para la economía".
Giarrizo alertó, además, que durante los últimos meses se observa "un deterioro más rápido en toda la economía".
Este es el diálogo que NA mantuvo con la economista: -- Los empresarios se quejan por el alarmante aumento de los cheques rechazados. ¿Qué datos tiene al respecto y qué refleja esa situación?
La menor demanda de consumo y de inversión está generando problemas de liquidez severos, con un deterioro visible en la cadena de pagos. El deterioro de la cadena de pagos se ve con claridad en el salto que tuvieron los cheques rechazados en los primeros 8 meses del año: según los datos del Banco Central crecieron 63% en monto y 22,4% en cantidad.
Pero el deterioro más fuerte fue en julio y agosto. En agosto, los cheques rechazados aumentaron 67,3% en cantidad y 147,3% en monto.
Hacía muchos años que no había un salto de esa magnitud. Para dimensionarlo mejor: los cheques rechazados equivalieron en agosto a 4,4% de los cheques compensados, cuando en periodos normales ese porcentaje es menor a 2%. Hay que volver hasta 2003, para encontrar coeficientes tan altos en la relación cheques rechazados y cheques compensados. .
¿Cuál es el valor promedio de los cheques rechazados?
El valor promedio de cada cheque rechazado no pasa de $19.000, lo que marca un problema que afecta principalmente a las pequeñas empresas. Por sectores económicos, las más complicadas son las industrias, donde además de los rebotes de documentos se estiraron ampliamente los plazos de pagos.
En el comercio en cambio, lo que más se observa es un estiramiento en los plazos de pagos, que llegan a 90-100 días, generando mucha incertidumbre, y documentos con problemas pero que son rescatados y se reestablecen las condiciones de pago. Los rechazos en ese sector se notan menos porque los empresarios tienen estrategias previas a librar un cheque sin fondo, que es incrementar los niveles de informalidad.
Un dato adicional que revela el movimiento de cheques en el sistema nacional de pagos, es la retracción en la actividad económica. En los primeros 8 meses del año se libraron 2,3% menos de cheques que en esos mismos meses del año pasado. Pero en agosto la caída anual se extendió a 6,7%. Menos cheques pero con más dificultades, son señales de alerta para la economía. .
--¿De qué manera, entonces, podría recuperarse la cadena de pagos?
Recuperando la actividad económica, reestableciendo el crédito, frenando la especulación cambiaria, y en el caso de las empresas que exportan, con una reactivación de los mercados externos. El deterioro en la mayoría de las empresas se explica porque cayeron las ventas, los pedidos de producción, y eso generó acumulación de stocks, y una situación de menor liquidez en la empresa, que mientras tanto tiene que seguir afrontando un conjunto de costos fijos y crecientes.
Programas como Ahora 12 ayudan, pero muy poco, porque la economía en la situación actual no se va a reactivar facilitando más financiamiento al consumo.
Algunas medidas inmediatas que podría promover el gobierno para alivianar la cadena de pagos, podrían ser: acelerar las devoluciones de créditos fiscales que mantienen muchas empresas con el Estado, descomprimir la presión fiscal, y facilitar financiamiento. Pero la cuestión de fondo es otra. .
¿Cuáles son, a su criterio, los problemas centrales de la economía argentina?
Los problemas urgentes hoy, son los desequilibrios macroeconómicos que se agravaron, principalmente la inflación, la menor actividad, y el deterioro en las reservas internacionales que está generando un clima de incertidumbre en el mercado cambiario y financiero, con un impacto claro sobre la economía real.
Pero esos desequilibrios son consecuencia de un modelo que si bien a diferencia de otros gobiernos atendió a los sectores sociales más vulnerables, desatendió la inversión productiva destinada a mejorar la competitividad del conjunto de la economía. Buena parte del gasto social se financió con más impuestos, y con emisión para financiar un déficit que se agrandaba, es decir, se financió generando inflación de costos e inflación monetaria. .
¿Qué se puede esperar para los próximos meses?
Si no hay ningún cambio en el camino que viene trazando el gobierno en el último año, un deterioro más rápido en toda la economía, con aumento en la informalidad, con cierres de empresas, con suba en el desempleo y en las tasas de pobreza. Y todo eso ocurriendo en un mercado cambiario y financiero histérico, con ataques especulativos constantes.
Podría haber un shock de confianza que apacigüe todo esto, si el país consiguiera dólares para reforzar las reservas o si cambiara el contexto externo.
Pero sería transitorio, Porque en la medida que no se comprenda que la base de la fortaleza de una economía está en la inversión productiva, en la innovación, donde Tecnópolis es apenas un centímetro de un camino de kilómetros, y que para generar eso se necesita armonía, confianza, estabilidad de largo plazo, un sistema tributario que premie al que invierte en mejoras de productividad y castigue las ganancias especulativas, entidades financieras que le presten al empresario chico y mediano para producir, no hay posibilidad de cambios. Ninguna.
Y siempre habrá buitres y especuladores de mercado inescrupulosos esperando el momento para sacudirnos. Porque la Argentina será débil y estará expuesta. Cuando Argentina tenia abultadas reservas internacionales, esos ataques se amortiguaban.
Hoy las reservas ya no alcanzan para protegernos de esos ataques. Y entonces el gobierno cree que los puede combatir enfrentándolos con el discurso, devolviendo agresión con agresión, cuando la mejor forma de vencerlos es fortaleciendo la economía. Ningún fondo buitre destruye a un país fuerte. Pero la Argentina es frágil, muy frágil, y entonces cualquiera que sopla, instala un rumor, o dice algo negativo, hace tambalear a la economía.