24/06/2014 04:01 AM | BELÑO HORIZONTE.- En la última práctica de la Selección antes de viajar a Porto Alegre, el plantel se entrenó liviano de cara al duelo con Nigeria, el miércoles, por la tercera y última fecha del Grupo F del Mundial de Brasil. En el entrenamiento que se realizó a puertas cerradas, Alejandro Sabella no hizo ensayos tácticos, y sí ordenó ejercicios físicos y recreativos en el predio de Cidade do Galo, en Belo Horizonte.
Fue una mañana de relajación, que comenzó con un trote suave sobre el lateral de una de las canchas. Luego, los jugadores se distribuyeron en grupos para jugar al fútbol-tenis, mientras otros ejercitaron remates al arco. Lionel Messi, mientras tanto, estuvo sentado durante parte de la sesión en la platea que habitualmente ocupan la prensa cuando la práctica es abierta. En tanto que Angel Di María, entre otros, también se relajó sobre el césped, mientras contemplaba cómo sus compañeros se recreaban con el balón. Los arqueros realizaron su rutina por otro lado. Y parece difícil que hasta hoy haya más novedades respecto del cual podría ser la formación titular ante los africanos, que con un empate asegurarán su clasificación a octavos de finan en el segundo lugar.
Luego, Di María, Fernando Gago y Maxi Rodríguez se quedaron solos tras la práctica para distenderse con un desafío muy especial: ver quién embocaba la redonda en un tacho, a diez metros del mismo.
Así las cosas, Sabella no pensaría en grandes cambios respecto al equipo que ganó ante Irán. ¿Guardará a Rojo por la amarilla y pondrá a Basanta? Un interrogante que aún está planteado.
Argentina, que ya está clasificada para los octavos de final por sus triunfos sobre Bosnia e Irán, se adjudicará el Grupo F con tan solo empatar frente a Nigeria, el miércoles a las 13. ¿Jugará Marcos Rojo? Es la gran incógnita. El defensor, amonestado en el debut contra los bosnios, es el único que corre riesgos de perderse el partido de octavos si suma otra tarjeta amarilla.
Por la tarde, alrededor de las 18.00, el plantel tomó un chárter rumbo a Porto Alegre y se aloja en el hotel Deville a la espera del encuentro para el que -se estima- llegarán miles de hinchas argentinos.
